lunes, 16 de mayo de 2011

Ecotrimad 2011

Cada año que hago un triatlón en distancia ironman, intento hacer además alguno de media distancia. Y cada año, por una causa u otra, es un fiasco. Salvo el Titán 2007, en el que fui bajo de forma pero disfruté de un recorrido y un ambiente espectacular, dos ediciones de Buelna (una acabando mal y otra retirándome tras la bici, ambas con una motivación nula) y un Banyoles al que ni pude ir por motivos familiares. En el Ecotrimad me he quitado la espina. Es evidente que resulta mejor presentarse en la salida con cierto frescor mental, y no como lo puedes hacer tras haberte papeado un Ironman, momento en el que la perspectiva de penar de nuevo bajo el sol semanas después se hace bastante menos atractiva.

Este año, la opción de un triatlón a mediados de Mayo cerca de casa y por recorridos sugerentes era más que golosa. Y de paso, actuaba como zanahoria para mover el culo a los que, como yo, tendemos al perreo a la que no tenemos ocasión de colgarnos un dorsal.

Total que tras unas semanas muy buenas de bici, algún trote ágil, siguieron otras pocas de entrenamientos claramente insuficientes. Curro, climatología adversa en los días idóneos para sacar horas de entreno y viaje vacacional (París) con prohibición expresa de la máquina de reñir de ejecutar cualquier escarceo deportivo... pues eso, sensación en la salida de ser un odre de 10 arrobas de D.O. Valdepeñas peleón. Aplicando esa tan usada expresión de mejor quedarse corto que pasarse, se intenta ver la botella medio llena. De nadar ni hablamos, dos "baños" desde el verano. Una vez emitidos los plañidos típicos de cada salida, me centro en la carrera que da título a este insufrible ladrillo:

Carrera bonita, exigente en su recorrido, con una climatología dura -aunque a mí me vino bien, el calor me mata - y con claros y oscuros organizativos en los que no voy a abundar. Creo que en cierto modo son justificables y no vamos a masacrar a una organización debutante en un mal escenario climático que deslució mucho del esfuerzo realizado. Obviamente, lo de que faltara "combustible" en la carrera pie y en meta es una carencia grave. Comento ésta porque me afectó directamente, si hay 5 kms más o el final pica para arriba, lo habría pasado realmente mal.

Previo.

Decido "consensuadamente" - acerté - ir sin prole. Recogida de dorsal, viaje a boxes, "montar el pisito", tartera de macarrones fríos, cañita previa (chulo, te debo una), charlas con todos los amiguetes y conocidos a los que ves poco y te gusta saludar... se pasa pronto la mañana, cuando te quieres dar cuenta estás vestido ya de morcón ibérico renegrío para empezar a chapotear. Como suele ocurrir en estos casos, me doy cuenta a 1' de mi salida de que no he cogido la bomba ni me he dejado comida en boxes. Moriré novato.

Agua.

Natación límpia. La salida escalonada y el hecho de que la primera boya estuviera lejos hizo que se fuera muy cómodo. La temperatura del agua, mejor de lo que se esperaba tras tanto comentario. Yo no pasé frío. Ritmo gasóleo calefacción, haciendo mi cásico slalom de aguas abiertas. Unos plácidos 37' para unos 1900 metros, yo creo que hice 34348958734589. A la que meto la cabeza 3 brazadas giro 90º, vamos, el Meca de Galapagar. Fue el sector menos húmedo.

T1.

Novedad en mi vida triatlética, voy con pulsómetro en carrera. Sí, porque iba de "entrenamiento exigente". Joder, lo viejo que soy y aún me creo mis mentiras. Como en casi todos los triatlones, tras nadar a ritmo de pedo de burra vieja, salgo del agua como si me estuvieran mangando la bici: 180 ppm. ¿Dónde vas, "tontolhaba"? Gano un tiempo precioso que pierdo generosamente en quitarme el neopreno y ponerme el orinal en la cabeza.

Bici.

Terreno ondulado, con subidas que picaban pero mucho terreno en el que recuperar. Fui con bici de carretera tradicional y en algún momento me arrepentí de no haber ido con cabra, había tramos en los que se amortizaba. Malas sensaciones de inicio, mejores cuando empezó a caernos la del oso. Mucha gente retirada o parándose buscando cobijo de la tromba de granizo y agua en pueblos; en Mangirón llegué a ver a una chica arropada con una manta. Yo, ventajas de tener alguna que otra loncha y de embadurnarme de aceite para no pasar frío en el agua con mi neopreno sin mangas... no noté frío. Es más, me alegró el día (ya veremos ahora cuando tenga que quitar la mugre de la flaca), lo que a mí me mata lentamente (por aquello de los ritmos) es el calor. Pero sí vi mucha gente pasándolo mal y mucho miedo en las bajadas, demasiado creo yo. Son bajadas rápidas pero no sinuosas; salvo la curva en la presa de Villar, que tiene su coña si te sales, el resto se tomaban rápido. Unas 2h39' oficiales. En el cuenta me marcaba unas velocidades medias que ni el amigo Vacas, pero hete que con la tormenta se puso cachondo y enseñaba dígitos de MotoGP. Un recorrido bonito, durete pero sin excesos.

T2.

La bajada a boxes se hace complicada, hay charcos enormes que los que están corriendo sortean invadiendo la bajada de la bici (cosa que obviamente hago yo minutos después). Una moto volcada, me tengo casi que parar mientras la ponen otra vez en "lo duro". Dejo la flaca y saco mis zapas y calcetines secos de una bolsa de plástico (algo hice bien), algo que luego he leído que los jueces no permitían. Como diría Llouriño: ¿Por qué? Con la rodilla en tierra y apretando gomas, me pega un amago de calambre en el bícep femoral derecho. No va a mayores, estiro y a trotar. Veo que algún compañero decide no seguir, el agua ha hecho pupa y hay mucho calambre por ahí.

Carrera a pie.

Bastante dura, con mucho barro, charco y piedra, alguna cuesta de las que te rompe el ritmo. El tramo de la presa de cemento también se hacía notar. Vamos, que jodía. El recorrido difiere del publicado, ha habido cambios por la subida de nivel del embalse. Me gusta pero para un mostrenco de 80 kilos no es el idóneo. Voy bien en la primera vuelta, en la segunda avivo el ritmo con idea de hacer los últimos 5-6 kms apretando. Pero la falta de papeo en el avituallamiento se hace notar, entro en esa fase en la que sin ir mal del todo, no puedes ir más deprisa y las pulsaciones se van abajo. Por suerte, pasado el repecho tras la presa, pica para abajo. Bueno, en algún momento ya no pica, es que es como bajar un terraplén. Prueba de fuego para cuadriceps. Siguen zig-zags por un colegio, calles medievales, escaleras y adoquinados, je je. Un placer para la vista, el paseo para la muralla. Pero para las canillas... si alguien se encontró una rótula por el empedrado, es mía; jodida Gymkana. Por un momento me veía corriendo con una cuchara con una patata en la boca. Ah, 1.47' oficiales. Meta sin comida... ummmm.

Acabo en 5.06', tiempo que no sé si es bueno, malo o regular. Yo quedo satisfecho porque he hecho lo que he podido, he llegado justito, exprimido, tras haber hecho una carrera de menos a más, que es como yo disfruto más.

Teniendo en cuenta carencias y virtudes, carrera mejorable a la par que recomendable.

Saludos.

3 comentarios:

Sergio dijo...

sí señor, debió ser épica la cosa., enhorabuena, es para estar contento

Macario dijo...

Sergio, lo "épico" va por barrios. Para mi la lluvia-granizo es bastante más tolerable que el viento huracanado o el calor.

javier-Womper dijo...

Enhorabuena, me he reido bastante con la crónica, hubo algún conocido que lo pasó bastante mal por el frío pero se ve que a tí te va bien, me alegro de que lo pudieras disfrutar. A

hora a seguir dándole para la otra prueba, que la has escogido “fácil” :-)