miércoles, 23 de diciembre de 2009

Último cartucho

No escribo mucho estos días, poco hay que contar. Entre climatología adversa, precauciones musculares y compromisos varios, ni me molesto en plantearme salir a "entrenar" seriamente. Sí estoy haciendo algo de gimnasia y alguna salida en bici, en la que fríos glaciales aparte, no me he encontrado mal del todo. Supongo que lo de estar descansado tendrá que ver.

Y, principalmente, ando buscando una solución a mis lesiones crónicas de rodilla para abajo. Para ello estoy visitando a un fisio de otro estilo, más "reeducador postural" que mero masajeador. A estas cosas hay que ir con fé y con la disposición de ser constante, pero la verdad es que mi estado actual de escepticismo es, de 1 a 100, de 60.

Algunas cosas de las que me cuentan ya las sabía. Otras no. Algunas cosas las estaba haciendo mal. Otras, creo directamente que no seré capaz de corregirlas.
Por resumir: Asimetrías por todos los lados. Por decirlo de forma esquemática, la parte externa de las canillas está 20 veces más fuerte que la interna y se está llevando (rotando) menisco, rodilla, etc. Lo que causa los estropicios en la propia rodilla, menisco y por ende, las sobrecargas y roturas musculares.La lesión (la recurrente rotura de fibras) es crónica, me la llevo al hoyo. A joderse. Hay una cicatriz que, en el momento en que el músculo es exigido, se rompe. Imaginarse por donde rompería un trapo con un zurcido, si tirásemos con fuerza de los extremos. Pues eso.

¿Y qué toca? Hay dos soluciones. Dejar al cuerpo tranquilo y dejarse de machaques o cambiar "el patrón" (sic), así de clarito. Rutinas diarias para fortalecer lo flojo y aflojar (leáse "no fortalecer") lo fuerte. Así dicho parece fácil, en la práctica para que surja efecto tiene que ser un proceso leeeeento y paciente, constante y rutinario. No hay arreglos inmediatos ni soluciones mágicas. La única opción es incorporar nuevos hábitos. Isométricos a cascoporro, pero no como los estaba haciendo hasta ahora. Sabiduría de azulejo de cantina: un médico cura, dos dudan, tres, muerte segura. Más cosas: Fortalecimiento de abductores, trabajar la flexibilidad de la cadera, visitar al podólogo - un pie abre más, dedos "en garra" -, vigilar posturas tanto en parado como andando, corriendo o pedaleando, etc.

Vamos, un festival. Veremos si soy capaz de mantener la motivación para tamaño coñazo, si no tocará centrarse en actividades menos lesivas. Que básicamente sería dejar de correr, tampoco hay que rasgarse las vestiduras; la bici aún no me da demasiados problemas y hay muchas cosas que me gustaría hacer y no he hecho todavía.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Se despejan incógnitas

Bueno, pues ya tengo claro algo: En febrero no correré ningún maratón. Es más, muy probablemente no vuelva correr hasta entonces. El aviso de Zaragoza "se hizo mayor" y tras un trote testimonial evaluatorio (con molestias) y un posterior e inoportuno resbalón cargando leña en una rampa, estoy cojo.

Llueve sobre mojado, mi vida es tan sumamente cíclica que he repetido lo del año pasado por estas fechas. Es mi consuelo, tirar de "hemeroteca" y recordar que el año pasado, tras un otoño e invierno puteado, en primavera anduve bien.

Un poco aburrido ya de este tema, ni comentar quiero lo que pasa por mi cabeza en estos casos. Me he pasado un domingo entero sin un puto pensamiento positivo y con humor de perros. Me duele la pata hasta para tomar cañas, hay que joderse.

Desempolvaré la bici, cuando se pueda. Y cuando tenga ganas.

martes, 1 de diciembre de 2009

Las semanas después.

Aunque el maratón se quedó en "largo paseo por Zaragoza", el planteamiento para la semana siguiente ha sido como si lo hubiese acabado. Estrictus tocobolus. Algún estiramiento más o menos conciencudo. Tampoco había opciones de mucho más, la patita entre algodones.

Y claro, como siempre después de pasar por (iba a decir acabar) una carrerita, en la cabeza empiezan a bullir nuevamente "proyectillos" casi descartados. Porque aunque uno no haya entrenado ni mucho ni bien, sí lo ha hecho lo suficiente para situarse en, digamos, un punto de partida para ir más rápido. Mis mejores maratones en Febrero siempre los hice tras un maratón fallido en otoño, prueba de que necesito mucha continuidad para llegar a correr decentemente. Estoy haciendo lo posible por sacárme tales pensamientos "impuros" de la cabeza, lo juro.

Pero nooooooo, Macaaario... sensatez. Menos mal que el físico ayuda a bajar a la realidad. Este mes, vuelta al deporte variado. Algo de bici, algún día a nadar si apetece (poco), algo de gimnasio y trotes en unos días, empezando con 20' a 6'/km y viendo como evoluciona.

Ayer, tocó prueba de esfuerzo, esta vez dando pedales, mejor no arriesgar. Con el objetivo de siempre, verificar que la patata sigue bien. Por cierto, que la prueba en bicicleta estática se hace menos pestosa que corriendo. Se pasa calor, la máscara molesta, pero no resulta tan agobiante. Los valores resultantes no son exactamente los mismos - no tendré la comparativa exacta con la del año pasado - pero sirven para cumplir el objetivo antes reseñado. A falta de recibir el informe, sigo más o menos como siempre, se supone que apto para seguir haciendo el burro (Maria dixit) un año más.