miércoles, 26 de noviembre de 2008

La máquina indestructible

Así ha sido como he considerado a mi "chasis" toda la vida. La alternancia de la vida crápula con la práctica deportiva nunca me causó problemas.

El cuerpo aguantaba todo. Los típicos partidos de fútbol de 3 horas, de esos que quedan 38-27, a los que ibas sin dormir y en los que acababas corriendo como un gamo para pasar a tomarte las cervecitas pre-cocido de mamá.

Salidas en bici, tras una noche de juerga, para ir hasta la sierra, subir un par de puertos y volver a Madrid para darte una ducha rápida e ir a la Plaza Mayor a echar unos brincos con Labanda
con mi entonces novia - la que me aguanta hoy en día - a hombros.

Cigarritos en el coche después de correr un MAPOMA, con una noche anterior de cena en casa de amiguetes coronada por unos peazo de gintonics especialidad del anfitrión. De esto que pones SMS al amiguete con el que habías quedado en el metro para decirle que no vas y finalmente, por la mañana cuando abrías un ojillo te decías: venga, voy a echarme el trote.

Podría seguir, pero no confundirse; no es algo de lo que uno esté especialmente orgulloso; si uno se pasa
por un polideportivo de barrio un domingo por la mañana el 70% de los que están echando partidillos están "exorcizando" la noche del sábado.

Pero es lo que había, nunca he querido renunciar a nada y no lo hacía. Juerga improvisada, p'ahí que iba.
Vuelta a los Puertos del CC Iberia al día siguiente... ¡presente! Podía hacerlo y lo hacía, sin grandes problemas. Por supuesto, un estiramiento era algo que si se lo veías hacer a alguien te quedabas pensando: "¿y éste?".

¿Lesiones? Ni una, más allá de algún esguince, luego mal curado.

Ahora, aunque estoy muy lejos de la ortodoxia, reconozco que me cuido más. Cosa fácil, por cierto. ¿Por
tener más información? ¿Por que la edad te hace sabio? ¿Por empatía con todos los que practicas actividades similares a las tuyas? Pues no, más bien por ese bizarro, racial e hispano argumento: "Por cojones". Las macarradas solapadas con machaditas sudorosas, ya hace tiempo que no caben en la misma carrocería.

A los 40 tacos, la máquina ha dejado de ser indestructible. Es más, yo creo que ha dicho: "tú, pringao, ¿te
pensabas que había barra libre de cuerpo serrano? Te vas a cagar".

Y en esas andamos, cagándome en tó. Cosas de viejuno.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Soldado precavido vale para dos guerras.

Creo que es asín, el refrancillo; no sé si la palabra es cobarde, en lugar de precavido. Pero... dejemoslo así. Más que nada porque lo opuesto a cobarde es valiente, y no es el atributo que mejor me defina. Y sí cualquier otro que se aproxime al valor antagónico de "precavido". Pero había que probar.

Llevo ya mucho tiempo jodido. Empecé por una rodilla para seguir, sin parar hasta hoy, con los gemelos. Hace 10 días me pió fuerte el izquierdo. Ayer troté los 10 kms de Rivas, acompañando a Espe
, que no pilló el mejor de los días para hacer buena marca aunque doy fé que a coraje poc@s la ganamos. Mi idea era trotar, sin más, y evaluar si lo que tenía era un tironcillo o algo más. El día que me jodí me encontraba sobrado rodando a a 4'20", por lo que salir a 4'40"/4'50" creo que podría indicarme si "estoy o no estoy". Bien, tengo respuesta: no estoy. Y lo malo es que no tengo demasiada fé en que con parar un mes y 10 sesiones de fisio la cosa se resuelva, hay algo más.

Así que toca buscar traumatólogo. Y que sea médico deportivo, porque uno estándar te quita de correr, de follar y de comer queso manchego y se queda como dios. Me han dado una referencia buena, así que repito el bucle del 2007 (trauma->pruebas->trauma->reposo->....). No vuelvo a correr hasta que no me digan que tengo y hasta que no tenga unas pautas basadas en datos empíricos.

Mientras... pues haremos cosas que, o me gustan poco (gimnasio, piscina) o son complicadas de llevar a cabo (bici). Eso a la espera de lo que me digan, que lo mismo la bici se va también al carajo.
Ayer noche, tirado en el sofá y con los dolorcetes que emergen una vez frío el músculo, me dio un ataque de negativismo: nadar no me pone, la bici es complicada y "mis bajos" tampoco están para tirar cohetes. Llevo año y medio sin poder correr como puedo y quiero hacerlo: ¿qué cojones hago pretendiendo hacer triatlón?

Bueno, uno se conoce y en beve estará ya fantaseando con retos. Pero de momento, a la nevera.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Volviendo a las andadas

Tras una semana de "remanso", esto es, por la oficina y con posibilidad de organizarme un poco el tiempo para poder sudarla, hemos vuelto al caos. Pero bueno, a final de mes pagan, que es de lo que se trata.
En cuento a entrenamientos, la semana pasada fue rala.


L- Prueba de esfuerzo.

M- Pisci, una horita

X- Fiebre, tos, mocos y dolores varios. Yo pensaba que me ponía malo cuando adelgazaba y me machacaba, pero veo que estando "lozano" también puedo caer.

J- Ídem.

V- Ya sin fiebre. Salgo a la tarde a rodar, a los 20', tirón en el gemelo izquierdo. El que se me rompió el año pasado. Tras mil sobrecargas en el derecho, el izquierdo se ha puesto celoso y también pía. Cada vez que tira la zancada un poco larga, mi forma natural de correr, me jodo. No sé que hacer. Pensaba ya hacerme un estudio serio de pisada, porque llevaba meses sobrecargando siempre el derecho, y ahora es el otro el que me da por culo. Como me lo sé, aunque puedo seguir trotando, me paro y andandito hasta casa. Y van...

S- Fútbol infantil matinal, compras varias, comida en casa de abuela, y como culmen, una visita al IKEA un sábado por la tarde el día que inauguraban el CC de La Gavia. De mala gana iba, de mala leche me iba poniendo (media tarde para salir cons 2 cucharillas y una vaso de plástico de mierda, que lo pillas en los chinos) y de traca final, desesperantes 90' para salir del aparcamiento. Se me acabo el repertorio de juramentos. Vamos, lo de tener planes de contingencia se ve que no ha llegado. El día que se muera alguien en la espera, se tomarán medidas; como con los HHPP de los garitos que han existido desde que tengo yo memoria. ¿Entrenar? En día así, no se puede.

D- Me quito el mal sabor de boca. Día cojonudo, con fresco inicial para salir luego un sol revitalizador. Hago el imbécil una vez más, me pongo a tocar el sillín 35 kms de casa. Redondeo de tuerca e imposibilidad de apretar la susuodicha: Los experimentos en casa y con gaseosa. Total, que otros 35 de vuelta con el sillín lo más bajo posible. Menos mal que la Mercury tiene un cacho de tija integrada, si no fenezco. El caso es que sea por el sillín tan bajo, sea por que la adrenalina (mala hostia para los amigos) también trabaja, me sale un media de 32 km/h sin poner el plato grande en ningún momento, a molinillo. Un poltergeist, porque de forma estoy... redondo.

En esta semana en curso, he ido al gimnasio. Con propósito real de perseverar en la práctica. Entre otras cosas porque me va a resultar más fácil de realizar que otras cosas. Podéis llamarme Arnold, por mi parecido con el Gobernador de California.

Y hoy... pues no me duele nada. El gemelo, como si nunca hubiera roto un plato. Y estoy inscrito en los 10 kms de Rivas. Y si fuera capaz de trotarlo a 50' lo haría, pero me conozco. Y sé que un 10k puedo bajar de 40', de hecho todos menos algunos del primer año, el que empecé a correr, han sido por debajo. Y sé que me pondría a ello y lo haría, y disfrutaría. Porque mola correr, mola hacerlo con dorsal, mola hacerlo "rápido", mola jugarse unas birras con los amiguetes y mola ganarlas. Pero tengo también muchas posibilidades de joderme del todo. O de joderme al siguiente trote. Yo qué sé...

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Prueba de esfuerzo

Bueno, por fin he podido hacer algo que podríamos denominar entrenamiento. Todos los días he hecho algo, aunque fuera poco y a intensidades poco exigentes. Sensaciones, las típicas de cuando estás hecho un zollo. El punto positivo, es que tal y como estoy ahora, sólo se puede mejorar.

Anteayer me hize la prueba de esfuerzo. Me hice una
hace un par de años, obligado por mi doña cuando le enseñé las 1000ppm que había marcado en el pulsómetro. Me quedé tranquilo, la patata no estaba mal. Y del resto pues cosas buenas y malas, todas mejorables. Poca fuerza, nula elasticidad, un desaprovechado VO2max y un corazón chiquitín chiquitín, que necesita latir mucho para bombear sangre a todos los rincones de mi bizarra y lozana figura.

Como la otra vez, ayer también me quedé con la sensación que hacer un simulacro más que otra cosa. Entre no calentar bien, el cansancio y aceleración del día, y el correr en una cinta con una mascarilla, como que no voy. Pero sirve para mi objetivo principal, que es comprobar que "la máquina" (yo) es apta. Todo bastante bien, el VO2max también bastante alto pero sin llegar a los 70 de hace un par de años.


Por lo que hablé con la doctora, casi todo el mundo va a estas pruebas para mejorar su rendimiento. Yo, no lo niego, si mejoro me pondré contento. A lo mejor muy contento. Y si pienso que llego antes a las birras, más contento aún.

Pero la prioridad es otra. Del resultado, me quedo con esta frase:

"Analizadas las exploraciones efectuadas, no se ha objetivado causa alguna que contraindique o limite la práctica habitual de ejercicio físico."

Vamos, que el Macario seguirá intentándolo :-)

viernes, 7 de noviembre de 2008

Si naciste para martillo del cielo te caen los clavos

Datos para la vuelta al pedaleo, un día cualquiera, entre semana:

  • Semana de vuelta a la actividad deportiva
  • Forma física lamentable
  • Pocas ganas de acometer la logística pre-bici: Coche, aparcar, cambio de ropa. montaje de bici, inflado...
  • Cuerpo tendiendo al perreo. Parar cuesta, arrancar... más.
  • Madrugón HP, para disponer de un mediodía más relajado.
  • Día bueno, pero de noviembre. Fresquete.


Pasos

  • No oír el teléfono que suena cuando te estás poniendo la chaqueta.
  • Evitar en los pasillos a todo aquel susceptible de a- decirte que te vayas a tomar unas pinchos, b-te haga partícipe de su marrón
  • Salir de la oficina.
  • Coger el coche.
  • Esperar pacientemente que todos los camioneros y furgoneteros del Polígono Luis I, Vallecas, Madrid, España; terminen de hacer sus pirulas y dejen paso por esa milla de oro del MAdrid neocon, Camino de Hormigueras.
  • Aparcar en Palomeras.
  • Cambiarse en el vestuario, con especial atención en puntos fallidos en otras ocasioes: botija, no dejarse los zapatos en el vestuario...
  • Inventario de ausencias: toalla, moneda para la taquilla, calcetines...
  • Salida al exterior, buscando moneda y calcetines. Éxito en el caso 1 (cojo el euro del carrito del Carrefour), fracaso en el 2. No encuentro calcetines.
  • Guardo ropa en taquilla.
  • Monto la bici. Rueda trasera y rueda delantera.
  • Inflo las ruedas. 8 bares para cada una para soportar a lorzaman.
  • Me calzo los botines. ¡Joder!, ¿alguien ha epnsado en lo poco valoramos a los calcetines? En noviembre, digo.
  • Cojo "la dote": casco, gafas, bomba, móvil, etc...
  • Oigo algo parecido a un disparo. ¿ETA? ¿Violencia machista? ¿Se ha reventado mi rueda trasera?... afortunadamente, esto último. Veo la cubierta fuera, se ve que la cámara estaba pellizcada de a saber cuando y decide expresarse ahora.
  • Cambio la cámara.
  • Inflo.
  • Miro el reloj.
  • Me cago en lasotabastos (I)
  • Monto y salgo. Cambio de planes. Mi buclecillo por el Cristo de Rivas es arriesgado, no tengo más cámaras.
  • Voy al ensanche de Vallecas: Calles recién asfaltadas, ausencia de edificios, algún coche sospechoso de a-trapicheo, b-polvete, y algún que otro yonki que va de compras a Las Barranquillas.
  • Doy pedales. Lento, frío, espeso, pensando en los calcetines, esos infieles amigos que se han quedado en casa calentitos.
  • Caliento un poquito. 39x17 a molinillo, que mal lo llevo.
  • Joder que rollo es rodar sólo en un recorrido de 3-4 kms.
  • Me acoplo. Da la barriga en la barra, pero hay que ir acostumbrando el cuerpo a esas posturas de australiano.
  • Me voy gustando. Tramos de llano a unos 35 km/h con el 39x17. Molinillo con culo rebotando en sillín.
  • Ruido escandaloso. Botija al suelo. No sé que cojones he pisado, pero nuevo reventón.
  • Miro alrrededor: estoy en el punto más alejado de la civilización. Digo de la no chabolista. Gracias, Murphy.
  • Me cago en lasotabastos (II)
  • No tengo cámara, pero.. ¡oh, hombre de recursos! Tengo mis parchecitos y la disolución.
  • La disolución se ha secado.
  • Me cago en lasotabastos (III)
  • Intento pegar el parche sin dislución. ¡Qué pasa! …la mueve montañas, ¿no?
  • Oigo una furgoneta que se acerca. En sus tiempos, cuando la compraran allá por el 77, debió ser blanca. Puerta izquierda sujeta con un cordel. Los chatarreros moldavos llevan mejores cacharros.
  • Recuerdo esa frase de "El jovencito Frankestein": "Podría ser peor… podría llover"
  • Me cago en lasotabastos (IV)
  • Me cago en lasotabastos (V)
  • Para la furgoneta. Pongo cara de relajado. Intento sacar de mi cabeza historietas de esas de "a fulanito se engancharon 4 jichos al laíto Mercamadrí y se quedó sin su Colnago C30".
  • Sale un yonki. Es sólo 1, yo creo que "le puedo".
  • Resulta ser un "yonki majo". De esos que quieren ayudar a las viejas mientras estás se acojonan (un poco menos que yo).
  • Me ofrece transporte. Le digo que gracias mil, que tengo ya el tema resuelto.
  • Debe ser creible, tengo en mi mano la cámara, apretando el parche como un cabrón.
  • Se va. No sé si suspirar de alivio o arrepentirme por no haber aceptado el favor.
  • Compruebo lo que ya sé: el parche no ha pegado.
  • Me cago en lasotabastos (VI y última).
  • Asunción de que hoy no es tu día. Recordatorio: no follar, hoy preñas.
  • Comienzo mi paseo. Clack-clack. Bonito sonido acompasado, el de las calas sobre las aceras.
  • Casi resbalón I.
  • Casi resbalón II.
  • Me aburro... me canso... Miro el cuenta. Me sale una media de unos 6,5-7 km/h.
  • Fase paja mental: Ummm... En 6 horitas me haría un maratón. Con calas y sin calcetines, me ahorro 1' en la transición.
  • Clack-clack.
  • Después de una eternidad, llego a mi coche. Alería de ver a mi coreano.
  • Ataque de positivismo, acudiendo al refranero asturiano: "como presta pasarles putes".
  • Desmonto la bici, me ducho, recojo... etc, etc...
  • ...
  • Arranco el coche, toca currar. Miro el asiento trasero. Ahí están: mi parejita de calcetos Kalenji. ¡Cabroncetes ellos!
  • Me cago en lasotabastos (..n-mil).
  • Vuelvo al curro. Ni lo cuento.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Daños colaterales

Vamos retomando la actividad, buscando endorfinas que cuesta encontrar. Hasta el próximo "incendio"; este año me temo que va a ser así, duro en lo laboral.

Lo podríamos considerar un daño colateral de la resobada y renombrada crisis. No la mía otoñal, digo la que sirve para llenar páginas de periódicos y horas de tele y radio. Me aburre oír hablar de ella. Pero en mi curro también se adivina, ya llega. Estamos viviendo de presupuestos aprobados hace un año, el siguiente huele a cierre de muchos grifos que nos dan de beber. Y ya se han filtrado rumores apuntando a la desfenestración de los que por aquí son llamados "servicios horizontales": esos que son útiles pero no facturan. Y aquí, el menda lerenda está en uno de ellos, cosa que le ha permitido organizarse su tiempo mejor de lo habitual durante los dos últimos años. Y en consecuencia, permitir el prepararse someramente para veleidades tales como pretender acabar Ironmanes d'esos que hace la gente fuertota.

Gente del curro que me aprecia, bien informada y bien intencionada, ya me ha dado el soplo: "Mete la cabeza todo lo que puedas en producción, hazte ver". Toca embarrarse en proyectos, consultorías, soportes... todo de su padre y de su madre; qué tiempos cuando uno picaba en el inmutable mundo de los mainframes y lo que contaba era que cuadrasen las cifras. Pero es lo que hay, andar ahora preparando metodologías, evaluando productos y realizando ofertas y valoraciones, no basta. Es lo suficientemente arriesgado como para que en algún momento te quiten la silla. Y en esas estamos. Ofreciéndonos de "apagafuegos". Donde se atasca el proyecto que ya iba desviado desde que el comercial nació, va el pringao de turno a montar noséquemierdaencincojornadas. Y joder, lo que te encuentras. Lo de la nave espacial con 5 botes de coca-cola... pos eso.

Uno, que pertenece a ese numeroso grupo de bobos que estudiamos para acabar carrera y mili en el florido año 92, otro de crisis gorda tras la cual todo curro era echar mil horas y ganar dos perras... lo lleva mal. Con "veintipico", asume jornadas de 15 horas, que un viernes a las 8 de la tarde te digan si curras o no el fin de semana, que te anulen unas vacaciones ya aprobadas... Se es joven, se está empezando y como eramos muchos así, pues nada: acababas de currar a las 11 de la noche y te ibas de copas, además con risas. Vamos, lo de "a follar que chocan los planetas" pero sin follar, cambiando el verbo. Batallitas que, si se las cuentas ahora a un pipiolillo de los que salen ahora de fábrica, se te queda mirando con cara de "tú-lo-que-pasa-es-que-eras-bobo". Quizá tenga razón, tampoco pedía 5 kilos por 3 meses de experiencia. Pero ahora, lo de no saber el horario de salida, me jode. Y mucho. Y más cuando he intentado a lo largo de mi vida laboral apartarme de ambiciones chorras, de esas que conducen a que por tener un coche más gordo o una casa más aparente, no vea a mis hijos crecer.

Bueno, volviendo a lo deportivo: pues que intentamos retomar. Hemos vuelto a los trotes (breves y lastimosos), a mirar la báscula (83kg, tó me aprieta), y a la bici (me siento como un morcón). Y nos daremos algún chapuzón a deshoras. Es hora de empezar, si me dejan. El objetivo inicial es hacer todos los días algo, por poco que sea.